sábado, 27 de septiembre de 2014

Del texto: Reflexiones sobre el Hip-Hop y el Rap, desde la perspectiva de un rapero.




(Texto completo en el fanzine n° 8 de: Todo para la Cabeza) (Ya publicado Mayo, 2015)

2. Sobre La Actitud del Hopper y los compromisos que asumimos.

En las distintas personas que conozco, he encontrado que el Hip-Hop ante todo, es una actitud, una fuerza creadora, una postura comunitaria, un sentimiento de batería, de ser uno mismo, de humildad y respeto, de trabajo y constancia, De querer crecer, cambiar, no ser lo que esta sociedad ha diseñado. De esa actitud nace todo el arte y la organización, no siempre con los elementos clásicos del hip-hop (Dj, Rap,Beat Box, Graffiti, Baile Callejero), hay tatuadores, skaters, artistas marciales, trabajadores, pintores, profesores, gente que para en la calle, que organiza, que actúa con ese sentimiento hiphoper, compartiendo su atención a las creaciones artísticas y sociales del movimiento.

Ahora, no todos están obligados a los mismos grados de compromiso. El Hip-Hop no es un cuerpo uniforme, que se pueda describir con un esquema simple de dos polos. Para explicar esto, me gusta recurrir al esquema de las capas o “el huevo”:

• A simple vista, tenemos la cascara: lo que podemos percibir por fuera: sus rasgos visuales, su lenguaje, sus sonidos más conocidos, sus colores más llamativos. El arte y la estética.

Ojo que a estas características, estar en la superficie no les quita su valor como hip-hop. Lo que en todo caso, puede llegar a hacer degradar su valor cultural o contra-cultural, es quedarse en lo superficial o alejarse hacia otras motivaciones más apegadas a la sociedad establecida. Que son las situaciones de donde se aprovecha el sistema capitalista para extraer sus beneficios, devolviéndonos las creaciones culturales del pueblo en forma de productos comerciales y propaganda para el consumo.

• Por dentro, en la clara: tenemos las características culturales y contra-culturales del Hip-Hop, su historia como movimiento social, sus ideas como comunidad que se reconoce a sí misma y que comparte una hermandad internacional.

• Y llegando a la yema del asunto, excavando, podemos llegar al underground: lo que está por debajo de lo que se puede ver a simple vista, clandestino y serio, que busca la esencia de las cosas. Conectado a las raíces para partir hacia el futuro. Una postura de trabajo de hormiga discreto y constante, para surgir o insurgir, desde lo profundo a todas las direcciones.

• Y son estas raíces, las que nos llevan al centro mismo del hip-hop, su corazón: lo que permanece conectado a las luchas sociales y su esencia revolucionaria, que surge de conectar su historia como creación cultural y contra-cultural, con las raíces de cada pueblo donde es acogido, empezando con las raíces afroamericanas y africanas, además, de nuestras raíces latinoamericanas y ancestrales. Nuestra realidad nacional e internacional. Las vidas de nuestros pueblos.

Y es entre estas distintas capas de compromiso, que la gente toma decisiones y elige permanecer o desplazarse en alguna dirección. Lo cual no invalida su aporte o trabajo en el movimiento: Si algo he aprendido, es que hasta los exponentes más enfocados en lo musical o económico, empresarial, llevan la llama del hip-hop y abren puertas a nuevos territorios. Una persona puede empezar escuchando Porta y terminar escuchando Portavoz. (Al revés, puede darse, aunque sería preocupante y en todo caso, debemos combatir una situación así)

Y es por esta variedad de pensamientos y prácticas que se dan dentro del Hip-Hop, lo que hace que no lo podamos categorizar como un movimiento revolucionario por sí mismo, necesita complementarse y reivindicarse con una postura revolucionaria para que tenga esta característica. Lo usual es que los miembros de la comunidad oscilen entre la cascara y la clara. Algunos, más interesados en aprender y tomar una postura más comprometida socialmente, llegaran más profundo en su comprensión de este fenómeno cultural y contra-cultural y los que deseen involucrarse en la historia, los que deseen asumir su papel histórico, pondrán en práctica todo lo aprendido, para beneficiar a su comunidad y transformar la realidad a una situación que supere las limitaciones de la sociedad establecida.

Ahora, con respecto a esta palabra: revolucionario. No creo que nada pueda autodenominarse de tal manera, si no se ha comprobado en los actos tal afirmación. (Por cierto, que yo no soy revolucionario, eso lo dirá la historia).



Fakir Kumya Iskaywari.

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