jueves, 21 de junio de 2012

Derrame, Contaminación, Inacción.


El 30 de Enero del 2008 a 12 millas de distancia del Puerto de Zorritos, Provincia Contralmirante Villar (Tumbes) el Buque de la Armada Peruana Supe, contratado por la empresa norteamericana BPZ Energy, explotó. En el transcurrir de los días la información que los medios de comunicación brindaban variaba y era harto imprecisa, las autoridades regionales y nacionales minimizaban el asunto y la empresa BPZ Energy emitía comunicados poco puntuales, hablando de un pequeño derrame de 40 metros sin decir de que, ni mencionar nada sobre los tripulantes. Luego se supo que lo ocurrido fue un derrame de petróleo y que había cerca de 13 heridos, miembros de la Marina de Guerra del Perú. Se decía entonces que ya se había implementado un plan de contingencia y que el peligro de contaminación era improbable. Aseveraciones que luego se verían contradecidas por los hechos.

En uno de los sobrevuelos efectuados por las autoridades y medios de comunicación se observó que la mancha de petróleo tenía, para el 2 de Febrero, una extensión de 16 Km. de largo por 50 metros de ancho en dirección suroeste del punto de origen. En un inicio la cifra de barriles era de 7500 y 13 heridos, con el pasar de los días, los números cambiaron a 1300 barriles, pero se confirmaba que habían 16 o mas heridos y la muerte de al menos 3 marinos. Al 9 de febrero se informó en RPP, de boca del Ingeniero Andres Kostelac de GoeLab que el mar de Tumbes no corría peligro, que la explosión había consumido casi todo el petróleo y que el daño ecológico era insignificante, los responsables se echaban flores hablando de su “oportuno” plan de contingencia y que si no fuera por este, el “accidente” hubiera sido un desastre.

Por el contrario, a la fecha de 3 de marzo las investigaciones paralelas a los resultados que le lavan las manos a BPZ Energy, de la ONG ORCA dieron como primeros indicios de la magnitud del problema: la alteración del PH acuoso en las playas de Tumbes, así como la aparición de distintas especies varadas en las orillas con signos de envenenamiento. Han pasado ya 5 meses de lo sucedido en Tumbes y aun no hay informes concluyentes del asunto de parte de las entidades correspondientes. Los medios de comunicación han dejado de lado este importante hecho y los responsables siguen como si nada hubiera sucedido. Se dictaminó el cese de actividades en la empresa BPZ Energy hasta que se esclarezcan los hechos, pero impunemente ésta sigue en sus labores argumentando que solo reparan sus instalaciones después de la explosión, aunque dicha explosión no afectó a la plataforma de extracción y fue lejos del puerto de partida. Se sabe que el BAP Supe estaba en “sus últimos años de servicio” y aun así la negligencia de esta empresa petrolera ha llevado a poner en riesgo la integridad del rico y delicado ecosistema del litoral peruano: el mar tumbesino, los manglares de Tumbes y el mar del norte piurano, así como la salud de sus respectivos pobladores.

Es un insulto a la soberanía nacional que empresas como ésta se vean favorecidas por la política económica del gobierno, que firma tratados de libre comercio con Estados Unidos para que sus compañías vengan acá a hagan y deshagan lo que les da la gana con nuestros recursos y cuando se producen situaciones como las del 30 de Enero, los involucrados no respondan a la medida de la gravedad de los hechos. BPZ Energy tiene la obligación de indemnizar al Estado, de gestionar medidas eficientes para preveer que este derrame traiga efectos nefastos para el Perú y de generar beneficios para la población del pueblo tumbesino. Al parecer el compromiso de BPZ Energy no pasa de abrir una guardería en Zorritos, utilizando un local de la municipalidad. El mar ha sido durante siglos la cloaca del mundo y escenario de un sin fin de irresponsabilidades, creo entonces que ningún derrame de petróleo puede ser menospreciado.

Articulo Escrito por FAkir Kumya Iskaywari, para la Revista Critica Abierta nº7, Agosto del 2008.

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